
Biopsias endoMetRiales en MujeRes con inFeRtilidad
REVISTA MÉDICA DE ROSARIO 31
o momentos histológicos en la evolución del corto pe-
riodo proliferativo. Estos fueron denidos como inicial,
comprendidos entre los días 4 y 7, proliferativo medio
entre los días 8 y 11 y nal los correspondientes a los
días 12 a 14. De todas formas resulta dicultosa esta
separación por no presentar el endometrio caracteres
denidos y estables para ese momento del ciclo; como
sí ocurre con aceptable exactitud en el periodo progesta-
cional; aunque también en él existen ciertas variaciones
individuales.
Durante el periodo proliferativo, post-menstrual,
entre los días 4 a 7, observamos que las glándulas son
tubulares, de escaso diámetro, con luces muy estrechas
o casi ausentes y que el epitelio es cúbico o plano. El
estroma es predominantemente broide, laxo, con cé-
lulas de núcleos fusados y citoplasmas poco denidos.
En el momento proliferativo medio las glándulas ad-
quieren luz, el epitelio se torna más elevado y comienza
a estraticarse y el estroma, aunque sigue siendo laxo,
se presenta con mayor densidad celular y no broide.
Finalmente, en el periodo tardío, las glándulas son tor-
tuosas con epitelio seudo-estraticado, alto y el estroma
es celular, denso. La actividad mitótica se encuentra pre-
sente en todos los momentos del periodo proliferativo,
siendo numerosas en las instancias nales. Por su parte
los capilares varían desde estructuras telangiectásicas en
los momentos iniciales, a diámetro habitual a medida
que avanza el periodo.
3-11
Basados en lo anterior, encontramos que muestras
obtenidas en días avanzados del periodo proliferativo,
mostraban morfología propia a la de momentos iniciales
o post-menstruales inmediatos, con estroma broide y
glándulas pequeñas, esparcidas, de luces estrechas y epi-
telios cúbicos. Estos casos, con retraso evolutivo morfo-
lógico, fueron tipicados como endometrios proliferati-
vos subdesarrollados. Es decir que por posible alteración
en la interacción de los estrógenos circulantes y/o de su
relación con los receptores, no habían podido alcanzar
la morfología propia al momento de la toma de biopsia,
mencionado.
Otros especímenes evidenciaron glándulas volumi-
nosas, ramicadas e irregulares, con epitelio seudoestra-
ticado y con estroma denso, que fueron interpretadas
como endometrio proliferativo irregular o desordenado,
producto de estimulación intensa o prolongada de los
estrógenos.
Muestras biópsicas con morfología del periodo se-
cretor inicial probablemente dependan del momento de
la ovulación o de trastornos progestacionales secunda-
rios a estimulación hormonal exógena, propios del tra-
tamiento hormonal previo a la implantación o a causas
que deberían ser estudiados por otra metodología.
También, encontramos pólipos y compresión extrín-
seca de la mucosa por posible presencia de lesiones mio-
metrales como miomas, adenomiosis, adenomiomas, etc.
Con respecto a la endometritis, que fuese el princi-
pal motivo de búsqueda por parte de los clínicos, resulta
inusual su presencia, correspondiendo al 1,3% de nues-
tros casos.
Entendemos que endometritis debe ser diagnostica-
da cuando se observan alteraciones morfológicas reac-
tivas de las glándulas y ante la presencia de inltrado
inamatorio denso y proteiforme, en el que la presencia
de plasmocitos es fundamental. El proceso puede estar
asociado a brosis estromal reparativa, que habitual-
mente suele ser focal.
En nuestra serie solo en tres
3
casos pudimos encon-
trar esta morfología.
Resulta similar a lo publicado por otras series, en las
que la endometritis no superó el 4,16%.
12-14
De todas maneras, publicaciones recientes indican
una prevalencia de un 30,3 % de endometritis crónica en
pacientes con fallo implantatorio, en ciclos (FIV/ICSI)
o procedimientos de reproducción asistida que pueden
incluir etapas como la estimulación ovárica, la punción
ovárica, la fertilización y la transferencia de embriones.
En este grupo de mujeres reportan tasas de embarazos
signicativamente más altas (11,5%), que en los gru-
pos controles. De todas maneras, por la alta incidencia
de endometritis reportada, sería conveniente evaluar la
coexistencia de pólipos, tabiques endometriales y/o de
lesiones intramurales que protruyen hacia la cavidad en-
dometrial, los que suelen acompañarse de la presencia
de plasmocitos.
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Durante el periodo proliferativo del ciclo menstrual
la cantidad de células inamatorias suele ser sumamente
escasa, con presencia en la fase lútea, incrementándose
a medida que esta avanza. Se considera que el mayor
número de linfocitos aparece siete
7
días después de la
ovulación. Por ello encontrar un número elevado de
linfocitos, conformando cúmulos o inclusive pequeños
folículos, suele ser un evento poco habitual durante la
fase estrogénica.
16,17
Se ha mencionado que entre la población linfoide
existe una cantidad signicativa de células NK (Natural
Killer, CD56 positivas), las que en algunas situaciones